19.05.2020

Bogotá debe retomar el liderazgo y la innovación social en el tema de drogas

Bogotá debe estar a la vanguardia en abrir el debate sobre el fin del prohibicionismo, la regulación de los mercados y la participación económica en este negocio que inicia para Colombia y el mundo.

La guerra contra las drogas ha fracasado y el mundo transita del prohibicionismo a la regulación de los mercados de drogas. Debemos preparar a la sociedad para este cambio con educación, información y evidencia.  

Bogotá debe retomar la senda de la innovación social y ponerse de nuevo a la vanguardia en la reforma de las políticas de drogas de la mano con la sociedad civil, la participación de las personas consumidoras y de aquellas personas que quieren un cambio en las políticas de drogas.

No se trata de un tema únicamente de seguridad y salud pública, sino que también implica convivencia, educación, cultura, productividad, recreación y deporte.

La prevención sin miedo basada en la evidencia y la educación desde la familia, la escuela y la comunidad, debe ser la prioridad para las nuevas generaciones. Para las personas consumidoras reducción de riesgos y daños y tratamientos alternativos. Investigación y actualización de conocimientos constantes.  

La represión no puede ser la primera respuesta para atender a las personas consumidoras. Se requiere primero educación, reducción de riesgos y daños, tratamiento alternativo, oportunidades y respeto para las personas consumidoras. Por ello, la Policía, no puede ser la entidad que primero haga presencia estatal para atenderlos.

Desde que salió el decreto 1844 de 2018, los comparendos por uso y porte se incrementaron en un 1580%. Pasamos de tener 9.913 en 2017 a 166.564 comparendos en 2019. La gran mayoría (el 80%) son comparendos impuestos a personas que portan sustancias. Esto ha contribuido a que la policía perfile constantemente a la ciudadanía en su búsqueda de pequeñas dosis, aumentando la violación de los derechos fundamentales de quienes usan drogas e invirtiendo grandes recursos en pequeños resultados que no resuelven el problema ni del consumo ni del tráfico. 

El 88% de quienes consumen sustancias psicoactivas en el mundo no tienen problemas graves asociados al consumo, hay que desestigmatizar y descriminalizar el consumo. Hay que innovar en la atención del 12% que tiene problemas de consumo.

Bogotá necesita:

  • Actualizar la política pública de drogas en Bogotá 2021 – 2031
  • Implementar estrategias de reducción de daños y análisis de drogas para los festivales públicos y privados.
  • Crear alianzas entre el Estado y la sociedad civil para diseñar e implementar acciones de política pública de drogas.
  • Desarrollar un sistema de alertas tempranas de drogas 
  • Crear espacios de participación que incluyan a los beneficiados y afectados por las políticas que involucran acciones en drogas, como la comunidad cannábica y otros grupos de personas consumidoras recreativas y problemáticas.
  • Espacios de participación con las comunidades que habitan entornos de tráfico donde se llevan a cabo intervenciones de seguridad y que han sido desplazadas para implementar proyectos de renovación urbana sin ser tenidas en cuenta.
  • Impulsar estrategias de prevención y reducción de daños en consumo de sustancias psicoactivas, incluyendo estrategias con enfoque de género. Recomendamos prestar especial atención a la reducción de riesgos y daños en el consumo de alcohol y tabaco que son las sustancias que generan más daño en la sociedad.
  • Diseñar estrategias para que se disminuyan las barreras de acceso en los centros de atención a personas gestantes o en periodo de lactancia, así como personas que tenga a cargo la crianza de menores.
  • Diseñar estrategias para que se disminuyan las barreras de acceso en los centros de atención a habitantes de calle: condiciones de entrada, requisas, adaptación a realidades de consumidores de SPA, manuales que contemplan castigos, etc.
  • Crear e implementar programas de salud resolutivos para personas que usan drogas en calle.
  • Generar espacios que promuevan pactos de convivencia entre personas consumidoras y comunidad en los parques de la ciudad.
  • Crear salas de consumo supervisado tanto para drogas inyectables como fumables.
  • Implementar tratamientos alternativos para abordar la abstinencia como una estrategia de reducción de daños al consumo de SPA.

Bogotá debe estar a la vanguardia en abrir el debate sobre el fin del prohibicionismo, la regulación de los mercados y la participación económica de Bogotá en este negocio que inicia para Colombia y el mundo. 

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