27.11.2025

Colombia y la OTAN: una relación en evolución

Desde 2017, Colombia mantiene una cooperación formal con la OTAN en calidad de “socio global”. Es el único país de América Latina con este tipo de vínculo.

En un momento en que los temas de seguridad internacional adquieren una creciente relevancia para América Latina, la cooperación entre Colombia y la OTAN cobra un nuevo significado. 

Esto también implica cambios para la Embajada de Alemania en Bogotá, que desde comienzos de este año asumió la coordinación de los países miembros de la OTAN en Colombia, una función que anteriormente compartían EE. UU. y el Reino Unido y que hasta ahora ha recibido poca atención pública.

Sobre la importancia de este rol y las perspectivas de la cooperación entre Colombia y la OTAN, Catalina Niño, coordinadora del Centro Regional para la Paz y la Seguridad, conversa con el ministro consejero de la Embajada de la República Federal de Alemania en Colombia, señor Simon Herchen, y el agregado de defensa, teniente coronel Dirk Schurad.

La evolución de la OTAN desde su creación hasta hoy

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una alianza política y militar creada el 4 de abril de 1949, en el contexto inicial de la Guerra Fría, con el propósito de garantizar la defensa colectiva de sus miembros frente a posibles agresiones, según el Tratado de Washington (artículo 5). Su creación respondió al interés de EE UU y los países de Europa occidental por establecer un sistema de seguridad común.

Los países fundadores fueron 12: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, Portugal y el Reino Unido. En 1952 se incorporaron Grecia y Turquía; en 1955, la República Federal de Alemania; y en 1982, España.

Tras el fin de la Guerra Fría, la OTAN inició un proceso de ampliación hacia Europa Central y Oriental: en 1999 ingresaron Polonia, Hungría y la República Checa; en 2004 se unieron siete países más: Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia, Eslovenia, Bulgaria y Rumania. Posteriormente se sumaron Albania y Croacia (2009), Montenegro (2017), Macedonia del Norte (2020), Finlandia (2023) y Suecia (2024). Con estas incorporaciones, la OTAN cuenta actualmente con 32 miembros. 

Desde 2017, Colombia mantiene una cooperación formal con la OTAN en calidad de “socio global”. Es el único país de América Latina con este tipo de vínculo.

Catalina Niño:¿Qué implica la nueva función de coordinación asumida por la Embajada de Alemania en Bogotá y cuáles son sus principales objetivos?

Simon Herchen: Las Embajadas de Punto de Contacto (EPC) de la OTAN han sido una valiosa herramienta para apoyar las comunicaciones y las relaciones públicas de la Alianza desde principios de la década de 1990. En cada país socio, una embajada de los Aliados de la OTAN sirve como punto de contacto y canal para difundir información sobre el papel y las políticas de la Alianza. Sin embargo, las EPC no son misiones diplomáticas de la OTAN.

Además de esta función, el mandato de las EPC incluye apoyar la implementación de otras actividades acordadas con los socios. Asimismo, brindan apoyo logístico, asesoramiento político e información sobre acontecimientos relevantes en el país anfitrión, por ejemplo, para preparar visitas de alto nivel de la OTAN.

También mantienen contacto regular con las embajadas de otros Estados miembros de la OTAN en el país anfitrión, para informarles sobre la agenda de la OTAN e involucrarlas en actividades y eventos relacionados con la OTAN.

Dirk Schurad: En nuestra función como embajada de enlace, que desempeñaremos hasta finales de 2026, buscamos intensificar nuestra interacción con la ciudadanía colombiana y las Fuerzas Armadas en temas generales, así como desarrollar nuevos canales de comunicación. Es fundamental, además, establecer vínculos estrechos con nuestras prioridades en materia de política de seguridad bilateral, tales como el proceso de paz, los desafíos relacionados con la delincuencia organizada, la cuestión de "Mujeres, Paz y Seguridad", la estabilidad institucional, el cambio climático y la seguridad, así como áreas de acción urgentes como la ciberseguridad y las nuevas tecnologías disruptivas, en especial los drones.

C.N.:¿Cuáles son las diferencias esenciales entre ser miembro de la OTAN y ser socio global?

D.S.: La OTAN es una organización política con tres tareas centrales complementarias: defensa, prevención y gestión de crisis, y seguridad cooperativa.

La principal diferencia entre los 32 Aliados de la OTAN y sus 35 Estados socios radica en sus obligaciones contractuales y los compromisos derivados de ellas. Mientras que los Aliados de la OTAN están obligados legalmente por el derecho internacional a defenderse conjuntamente de amenazas y ataques — la tarea principal acordada en el artículo 5 del Tratado de Washington — incluso por medios militares, los países socios contribuyen a la estabilidad regional de forma bilateral, principalmente en el marco de las otras dos tareas centrales, sin esperar ni estar obligados a proporcionar asistencia militar.

Esto se logra, por ejemplo, mediante la cooperación militar, ejercicios militares conjuntos, la participación en operaciones de mantenimiento de la paz, la ayuda humanitaria y el socorro en casos de desastre. 

S.H.: La asociación con la OTAN es una relación de cooperación más flexible y en igualdad de condiciones, que puede adaptarse a los intereses y necesidades individuales. Los denominados Programas de Asociación Adaptados a las Necesidades Individuales (Individually Tailored Partnership Prgrammes - ITPP) son el instrumento más importante de la OTAN para coordinar su cooperación con sus socios. Cada ITPP se diseña, desarrolla y acuerda individualmente y de forma conjunta. Describe todos los aspectos de la cooperación de la OTAN con un único socio dentro de un marco estratégico y orientado a objetivos, teniendo en cuenta los objetivos de cooperación, los objetivos de asociación y las actividades de apoyo.

Además, muchos de los Estados socios globales de la OTAN no pudieron unirse legalmente como miembros debido a las limitaciones geográficas del Tratado de la OTAN en su forma actual, ya que, según su preámbulo y el artículo 6, el tratado se aplica a la región euroatlántica.

C.N.:¿Qué beneficios y oportunidades representa, desde su perspectiva, la cooperación con la OTAN para las fuerzas armadas y la política de defensa de Colombia?

D.S.: En el complejo entorno de seguridad actual, las relaciones de la OTAN con sus socios en todo el mundo ofrecen beneficios para todos los involucrados. La cooperación práctica de la OTAN con sus socios abarca desafíos globales de gran envergadura, como la ciberdefensa, la seguridad marítima, la ayuda humanitaria y el socorro en casos de desastre, la prevención de la proliferación, la ciencia y la tecnología de la defensa, y la agenda de mujeres, paz y seguridad.

Algunos socios también participan en operaciones militares de la OTAN, mientras que muchos se benefician de su experiencia en áreas como el fortalecimiento de las capacidades de defensa y la capacitación militar. Los aliados y socios determinan conjuntamente las prioridades de cooperación, así como la profundidad y el alcance de dicha colaboración. Se trata de una relación mutuamente beneficiosa.

Específicamente, para las Fuerzas Militares de Colombia, que durante décadas se han centrado en combatir organizaciones criminales asimétricas, organizadas militarmente y con redes internacionales, la alianza con la OTAN no solo constituye un importante catalizador para su propia modernización y diversificación tecnológica, sino también para una reorientación hacia la misión principal de la defensa nacional mediante medios convencionales. Otros aspectos clave a considerar en este contexto incluyen la estandarización, los procedimientos y la doctrina comunes, y la interoperabilidad de las fuerzas armadas.

S.H.: El fortalecimiento de la cooperación con Colombia, actualmente el único Estado socio de la OTAN en América Latina, también redunda en beneficio de la Alianza: las Fuerzas Militares colombianas poseen una amplia experiencia en seguridad marítima y en la lucha contra el crimen organizado. Un ejemplo de ello es la Operación Orión, una campaña multilateral antidrogas coordinada por Colombia, en la que participan numerosos actores internacionales, entre ellos muchos aliados y países socios de la OTAN. Otro ejemplo es el tema del desminado. Las Fuerzas Militares colombianas cuentan con experticia en esta área, la cual comparten con aliados y otros socios en un centro de entrenamiento acreditado.

El diálogo político sigue siendo el instrumento fundamental para fomentar el entendimiento regional y el intercambio de conocimientos entre los Aliados y sus socios globales. Esto amplía el conocimiento de la situación de la OTAN más allá de su entorno inmediato y ayuda a los socios a comprender las posturas de la OTAN y a participar en debates políticos sobre desafíos de seguridad compartidos, que ya no se limitan a fronteras geográficas, como en el ciberespacio.

C.N.: En un contexto internacional caracterizado por tensiones y conflictos, ¿qué tipo de compromisos o márgenes de autonomía contempla la asociación con la OTAN para Colombia?

S.H.: Un socio no tiene por qué compartir al 100% la orientación política de la Alianza, pero debe existir un acuerdo fundamental con sus valores esenciales: la seguridad cooperativa como un entendimiento compartido de la cooperación multilateral y la preservación del orden internacional basado en reglas. Se comprometen a defender principios políticos de gran alcance: el respeto de los principios del derecho internacional, la Carta de Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la renuncia a la amenaza o el uso de la fuerza contra otros Estados, el respeto de las fronteras existentes y la solución de controversias por medios pacíficos. Además, promueven la transparencia en la planificación de la defensa nacional para garantizar el control democrático sobre las fuerzas armadas.

No obstante, el compromiso de los socios se basa en el principio de voluntariedad. Por lo tanto, Colombia no tiene la obligación de defender a un aliado de la OTAN en el marco de la alianza, ni viceversa. La OTAN tampoco interfiere en la política exterior y de seguridad de Colombia. Colombia, por el contrario, conserva la libertad de adoptar su propia postura en todos los asuntos de seguridad internacional, de acuerdo con sus prioridades.

C.N.:Según su opinión, ¿cómo se percibe en Colombia la relación con la OTAN: como una oportunidad de cooperación estratégica o más bien como un desafío en materia de política exterior y defensa?

D.S.: En mi opinión, las Fuerzas Militares de Colombia, en particular, ven su relación con la OTAN como una clara oportunidad de cooperación estratégica. La OTAN es la alianza de defensa más exitosa del mundo, que ha garantizado la paz y la libertad en la zona euroatlántica durante 76 años. Los estándares de la Alianza en materia de transparencia e instituciones controladas democráticamente, de profesionalismo e interoperabilidad de las fuerzas armadas, y de respeto a los derechos humanos y al derecho internacional son ejemplares. Las Fuerzas Militares colombianas ven esto como una oportunidad para fortalecer su funcionalidad y sus instituciones.

S.H.:Lamentablemente, la ciudadanía no está muy familiarizada con la OTAN ni con el papel de Colombia como socio global. Es comprensible que los debates sobre política de seguridad se centren en el conflicto interno. Explicar las oportunidades y los beneficios mutuos es una de nuestras principales funciones comunicativas como embajada de punto de contacto.

 

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