22.01.2018

El ambiente y los candidatos a la presidencia de Colombia

-Una invitación al realismo y la reflexión-

El Foro Nacional Ambiental entidad multiinstitucional que desde 1998 estudia los problemas ambientales colombianos ha notado sus intereses en este tema y los invita a discutirlo en el contexto de su participación en el proceso de elección de Presidente de la República.

Durante estos años nuestro Foro ha realizado más de 200 reuniones en los cuales se han discutido públicamente temas como institucionalidad ambiental, política del agua, problemas ambientales urbanos, política de biodiversidad, medio ambiente y conflicto, política ambiental internacional, agroindustria, ciudades, sostenibilidad y posconflicto, proyecto de navegabilidad del río Magdalena y sus implicaciones sociales, ambientales y económicas. Cambio climático, minería y energía, entre otros. En los últimos años hemos realizado más de 120 publicaciones, entre libros y documentos de política pública, todas ellas fruto de las discusiones públicas acerca
de temas de importancia actual como el estado de deterioro de la Ciénaga de Santa Marta, el impacto ambiental de las actividades proyectadas en el Rio Magdalena, la sostenibilidad de las ciudades colombianas en el postconflicto, y el futuro de la agricultura empresarial. Todos estos temas lejos de estar resueltos necesitarán acciones gubernamentales urgentes durante el próximo período presidencial.

En todos estos asuntos es clara la fuerte interrelación de nuestros problemas ambientales con la situación del planeta. Varios gobiernos colombianos han sido conscientes de esta situación y por eso han participado activamente en su discusión y han firmado los convenios internacionales tendientes a mejorar la situación como la Convención de Biodiversidad y sus protocolos, el Acuerdo de Paris sobre Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El próximo gobierno debe tener presente la necesidad de cumplir estos acuerdos y mantener nuestra presencia activa en los procesos dirigidos a proteger el planeta.

Pensamos que el tema ambiental podría en los cuatro años siguientes constituir un ámbito adecuado para lograr acuerdos nacionales que facilite los caminos hacia el bienestar de los colombianos y que una reflexión conjunta de ustedes podría conducir a la identificación de acciones acerca de las cuales no existieran diferencias mayores y si constituyeran futuros campos de acciones conjuntas entre el gobierno y la oposición.

Por eso los invitamos a que dediquen unas pocas horas a reflexionar acerca de los siguientes temas:

  • Las características estructurales de los ecosistemas colombianos y sus relaciones con los procesos sociales, políticos y económicos
  • La necesidad de conocer y educar acerca del estado de deterioro actual del ambiente físico y biótico colombiano, especialmente en las regiones andinas y caribe
  • Las posibilidades de bienestar colectivo que pueden generarse en los llanos orientales, en la selva amazónica y en la costa del Pacífico.
  • Las posibilidades de generación de empleo que están implícitas en proyectos nacionales de restauración de ecosistemas, en el uso sostenible de la biodiversidad, en la producción limpia, en el ecoturismo, y en la construcción de ámbitos urbanos modelos de buen vivir y sostenibilidad ambiental.

Para apoyar estas reflexiones queremos aportar algunos puntos que consideramos
característicos de la situación actual.

Los Ecosistemas y su relación con los procesos sociales, económicos y políticos

En primer lugar la influencia de las características físicas y bióticas de nuestro territorio en los procesos sociales, económicos y políticos. La existencia y la importancia de las interrelaciones entre los ecosistemas y los procesos humanos es una de los principios fundamentales del pensamiento ambiental pero en general el énfasis se ha dado acerca de los daños que pueden causar las actividades económicas en los ecosistemas y muy poco se habla acerca de las relaciones en sentido contrario a no ser que se hable acerca de los llamados “desastres naturales”. En Colombia algunos de nosotros hemos alertado acerca de cómo las características de la geografía física y su deterioro actual pueden constituir una de las causas de nuestros problemas sociales, económicos y políticos y nos gustaría que ustedes reflexionaran acerca de esa posibilidad porque creemos posible que la comprensión de esa interrelación puede ayudar a resolver esos problemas. Como ejemplos de esas situaciones está el proceso de aumento de la población y su concentración en las ciudades y campos de las regiones andina y caribeña, procesos que han sido más rápidos e intensos en Colombia que en los países vecinos y que pueden en gran parte deberse a las características del clima y a las presencia en las montañas de suelos fértiles conformados a partir de cenizas volcánicas. Las ciudades colombianas
presentan cada vez más un patrón de urbanización cada vez más desordenado que corresponde a las características de nuestros ecosistemas y a la historia del poblamiento del territorio.

Actualmente esas características que impulsaron el poblamiento se están modificando: el cambio climático global puede afectar seriamente las ciudades costeras y la erosión, la contaminación del agua y la urbanización puede haber disminuido el potencial agropecuario y la productividad de las actividades agropecuarias tradicionales de las llanuras costeras y de las laderas y planicies de nuestros Andes. Otro ejemplo de interrelaciones en ambos sentidos es el del alto costo del transporte y en general el de las deseconomías existentes para todas las
actividades productivas que se realizan en región andina por su lejanía a los mercados y su inestabilidad estructural climática y geológica. Un ejemplo todavía más importante de las interrelaciones entre lo ecológico y lo social son las facilidades que el relieve abrupto y la presencia de selvas muy densas y abundantes corrientes de aguas publicas ofrecen a las actividades subversivas y delictivas, incluyendo la más importante, los cultivos de uso ilícito, las cuales también se favorecen la situación geopolítica del territorio así como de la humedad del clima y de la abundancia de suelos arcillosos. Esa alta humedad también puede ser una de las razones de las dificultades económicas y sociales de nuestros asentamientos en la costa del
Pacífico.

Conocer y educar acerca del avanzado deterioro ambiental

En el Foro Nacional Ambiental se han presentado durante estos años numerosas pruebas del avanzado estado de deterioro en que se encuentra nuestro territorio, especialmente las regiones caribe y andina. La multiplicación rápida de la población durante la violencia partidista y la guerra contra las FARC ha sido una de las causas, unida sin duda a los impactos de la violencia y la insurrección en las actividades estatales que deberían haber contenido la erosión, la contaminación, la deforestación y la caza indiscriminada.

En los estudios de los institutos de investigación vinculados o adscritos al Sistema Nacional Ambiental existen ya numerosos datos acerca de la magnitud de la erosión, la compactación, y la urbanización de los mejores suelos del país, así como de la extrema contaminación química y orgánica de las corrientes de agua en las cordilleras, los valles interandinos y la llanura del Caribe y la deforestación anual que ha llevado casi a la desaparición total del bosque seco tropical y del bosque andino. Hay especies de animales silvestres como los grandes mamíferos cuyas poblaciones están cercanas a la extinción, ya no se ven, ni siquiera en los llanos orientales, las
grandes bandadas de aves que antes caracterizaban el paisaje y el desequilibrio de la fauna ha conducido a una mayor agresividad y permanencia de las plagas.

Como resultado de estos procesos la provisión de aguas y suelos para todas las actividades sociales y económicas y la productividad de la agricultura y la ganadería sufren agudos problemas que disminuyen la competitividad del país. Esta situación puede agravarse en los próximos años debido a los cambios en el clima y en nuestro comportamiento; el IDEAM publicó este año los resultados de dos estudios que deberían ser estudiados detalladamente para apreciar la gravedad de la situación que afrontaremos. En primer lugar el diagnóstico que lleva a la clasificación de Colombia como el tercer país más vulnerable al cambio climático y que se agrega los problemas económicos y sociales que hemos sentido debido a la intensificación de los fenómenos del Niño y la Niña nos notifican que estamos lejos de ser un ámbito amigable para el crecimiento económico. El segundo, presentado en noviembre, comprueba que en los
dos últimos años se han transformado, como resultado de diversos eventos, más de un millón cuatrocientas mil hectáreas de nuestro territorio, entre ellas bosques tropicales deforestados, humedales desecados, suelos agrícolas erosionados, compactados, contaminados o urbanizados que podrían haber sido utilizados más acertadamente.

En los datos existentes acerca de la extracción de minerales y de petróleo se encuentran pruebas alarmantes acerca de la reducción de nuestras reservas y del impacto de estas actividades en la estructura ecológica del territorio, partes importantísimas del patrimonio nacional.

Cientos de miles de habitantes en la pobreza viven en zonas urbanas y suburbanas de alto riesgo; los problemas de contaminación del aire, la mala disposición de las basuras y las aguas servidas e industriales no están siendo resueltos en forma razonable y las ciudades no están tomando todas las medidas que son necesarias para proteger los ecosistemas que les prestan los servicios esenciales como el agua y la recreación.

Afortunadamente la República ha logrado avanzar en el conocimiento de esta situación, en educar acerca de cómo solucionarla y en la declaración de zonas protegidas que como los Parques Nacionales Naturales son prueba del interés público y privado en el tema ambiental pero todavía el tema ambiental no está siendo considerado como prioritario.

Posibilidades ambientales territoriales de bienestar y buen vivir

Afortunadamente también las características del territorio pueden ser vistas como espacios en donde es posible generar nuevas formas de bienestar social y buen vivir. La costa caribeña colombiana si se tienen en cuenta los posibles impactos del cambio climático mantiene un potencial inigualable para la recreación personal, el ecoturismo, el desarrollo industrial limpio, la agricultura orgánica y la generación de energía eólica y solar. El clima de la región andina es posible que se torne aún más deseable cuando aumente la temperatura media del planeta y que se aumenten las áreas en donde pueda producirse café; pero el gran potencial de buen vivir puede estar en los llanos orientales si logramos construir allí sistemas habitacionales y
productivos armoniosos con sus características ecológicas y con la necesidad de mejorar la situación social mediante la inclusión de la población que hoy no tiene ingresos suficientes y que posiblemente crecerá en los próximos años. En la costa del Pacífico y en la región amazónica las comunidades afro descendientes e indígenas han logrado mantener, a pesar de todos los problemas, un enorme potencial para asegurar un buen vivir armónico y coincidente con las características de sus estructuras ecológicas. Podría ser allí en donde se conformara en el futuro nuevas organizaciones sociales fundamentadas en la reconciliación, la sobriedad, la paz, el amor social como lo aconseja la Encíclica Laudato Si.

El ambiente y la generación de empleo

En el inmediato futuro la estructura ecológica colombiana, su estado actual y nuestro presente económico, social y político; la ecología integral que predica el Papa Francisco, presenta características especiales que en el próximo gobierno podrán significar, si se diagnostican acertadamente, nuevas posibilidades de bienestar socioeconómico de la nación colombiana.

Nuevos conceptos como la “economía socio ecológica”, el “crecimiento verde” y la “economía circular” abren la posibilidad de diseñar soluciones complejas que puedan resolver algunos de los que acongojan a Colombia.

Algunas de estos conceptos ya influyen en medidas importantes, como la apertura legal para convertir el país en una potencia productora de energía solar y eólica y la alianza entre la generación masiva de empleo y la restauración y reforestación de los ecosistemas andino y caribeño. El país también está en posición privilegiada para que aquí se desarrolle una industria que se fundamente en la megadiversidad de fauna y flora y para que el ecoturismo nos proporcione las divisas que tanto necesitamos.

Otras actividades productivas que sigan las normas ambientales internacionales como la agricultura orgánica en localidades seleccionadas que obtengan certificados de origen podrían constituir soluciones fundamentales para algunas regiones, incluida la sabana de Bogotá y , en general, el concepto de desarrollo territorial unido al de desarrollo sostenible, podría conducir a soluciones ambientales integrales en donde la planificación y construcción de nuevos espacios urbanos modelos constituyeran la respuesta apropiada a la necesidad de reestructurar el sistema de ciudades en el contexto de la necesidad de disminuir la pobreza y la exclusión, del cambio climático, de la modificación demográfica, de la revisión de los modelos de crecimiento económico y de la guerra contra las drogas.

El ambiente como área de consensos

Consideramos que la solución a estos problemas fundamentales pasa por el reconocimiento de complejidades específicas en el caso colombiano y que nuestro principal aporte puede ser insistir ante ustedes en las posibilidades que podría abrir en el futuro este reconocimiento.

Finalmente deseamos insistir en la posibilidad de que todos o, al menos, una mayoría de ustedes se pusiera de acuerdo en un conjunto de programas que se dirigieran a diseñar y ejecutar soluciones de complejidad suficiente para afrontar la variedad y magnitud de las interrelaciones presentes en nuestro territorio. Ejemplos de estas posibles acciones propicias a generar acuerdos nacionales están los temas que unen la posibilidad de generación de empleo masivo con la restauración de los ecosistemas, con la construcción de grandes centros de energía eólica y solar, con la construcción de ciudades modelos de sostenibilidad integral económica, social y ecológica y con la producción limpia, orgánica, de alimentos en los pocos suelos buenos que nos quedan.

Para el Foro Nacional Ambiental que ustedes, candidatos a ser Presidentes de la República en estos gravísimos momentos, reflexionaran acerca de estos temas, podría constituir un logro que justificara su existencia.

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