13.03.2023

El imperativo de la Seguridad Común en un sistema de seguridad internacional competitivo

Nuestra seguridad debe lograrse con, y no contra, el "otro", en un compromiso común y compartido para garantizar la seguridad y la supervivencia de todos y cada uno.

 

Por Luis Tomé, Ph. D.

Traducción del inglés por Yenni Castro (Valestra Editorial)

Tras los importantes avances en el sistema de seguridad internacional y en el concepto de seguridad que se han registrado desde el final de la "doble Guerra Fría" (Estados Unidos contra la URSS y Unión Soviética contra la R. P. China), en los últimos años se ha producido un retorno a una operacionalización de la seguridad desde una concepción anticuada y en un sistema eminentemente competitivo. Por lo tanto, es urgente y crucial reafirmar el imperativo de la "seguridad común”  ̶ es decir, nuestra seguridad debe lograrse con, y no contra, el "otro", en un compromiso común y compartido para garantizar la seguridad y la supervivencia de todos y cada uno ̶ .

De las muchas y diversas caracterizaciones del "sistema de seguridad internacional” ̶ que identifican el patrón prominente de comportamientos, políticas, estrategias, discursos e interacciones en el ámbito de la seguridad ̶  podemos identificar cuatro que se consideran básicas o "puras":

  • Sistema de seguridad competitiva: partiendo de la idea de que la "seguridad nacional" es prioritaria, los Estados, empezando por las "grandes potencias", asumen que la defensa y la seguridad propia se consigue reforzando las capacidades militares y entablando alianzas y organizaciones de defensa colectiva contra Estados y coaliciones hostiles. Las grandes potencias se enfrascan en carreras armamentísticas, se disputan aliados y asociados, y se enfrentan entre sí directa e indirectamente, en múltiples ámbitos y de diversas formas, incluso en violentos conflictos internacionales e intraestatales por delegación. En esencia, la seguridad de unos se construye a costa de la seguridad de otros y en contra de otros;
  • Sistema de seguridad cooperativa: hace hincapié en la cooperación bajo la premisa de que la seguridad propia a veces se consigue mejor con otros, incluidos los adversarios; y que ciertos riesgos y desafíos se afrontan mejor mediante la cooperación con los asociados, pero también con los adversarios, buscando mínimos comunes denominadores para problemas concretos que afecten a la seguridad de ambos o de las distintas partes;
  • Sistema de seguridad colectiva: se centra en cuestiones de guerra y paz, pero también en una noción muy amplia de referencias, dimensiones e instrumentos de seguridad que deben regularse mediante un conjunto de instituciones, normas formales y procedimientos de carácter y aceptación universal. La "seguridad colectiva" se distingue así de la "defensa colectiva" (que se asocia a los sistemas de seguridad competitiva) y es, en cierta medida, el corolario de la idea de seguridad de todos, por todos y en nombre de todos, que representa y moviliza a la "sociedad internacional" y apela a una amplia forma representativa y legítima de acción colectiva;
  • Comunidad de seguridad: implica un profundo grado de compromiso, socialización e institucionalidad, por lo que la pertenencia a la misma es más restringida y está altamente regulada. Una comunidad de seguridad requiere una identidad y una comunión de principios, valores e ideales entre sus miembros; así como una percepción compartida de los riesgos y amenazas y de las soluciones para hacerles frente, lo que resulta vital para lograr y mantener la solidaridad mutua y la reciprocidad a largo plazo.

Los sistemas internacionales de seguridad colectiva, seguridad cooperativa y las comunidades de seguridad han incorporado intrínsecamente la idea de "seguridad común". Sin embargo, el sistema de seguridad internacional actual es prominente y crecientemente más competitivo: las tensiones se incrementan y la confrontación guía hoy los comportamientos e interacciones de los principales agentes. No obstante, la seguridad común también puede y debe cultivarse y operacionalizarse en un sistema de seguridad competitiva. Conviene recordar que la seguridad común adquirió forma durante la Guerra Fría, favoreciendo el control de armamentos y los regímenes de no proliferación, así como las conferencias de seguridad entre superpotencias y bloques antagónicos, y otras medidas de confianza mutua y distensión. El concepto de seguridad común lo desarrollaría la Comisión Independiente sobre Asuntos de Desarme y Seguridad, presidida por el primer ministro sueco Olof Palme, y se plasmaría en su informe Seguridad común: Un programa para el desarme, publicado en 1982. Ante las amenazas de guerra, aquel informe se centró en el desarme nuclear y el teatro de operaciones europeo, prestándole una atención mínima a otras cuestiones y otras regiones. Sin embargo, desde entonces se han producido profundas transformaciones en materia de seguridad:

  • La referencia sobre la seguridad o lo que debería ser seguro ha evolucionado y ha pasado de ser el Estado de forma casi exclusiva a incluir también a las comunidades y grupos intraestatales y transnacionales, a la dignidad humana, a la Humanidad y al Planeta;
  • La importancia y el gran impacto en la seguridad por parte de agentes no estatales, ya sea como perturbadores o como proveedores de seguridad;
  • La expansión y diversificación de los riesgos y amenazas, con múltiples interconexiones y efectos en cascada;
  • Los nuevos instrumentos de seguridad;
  • La erosión de la dicotomía tradicional entre las dimensiones interna y externa de la seguridad; y
  • La interacción entre seguridad, desarrollo, derechos humanos, avances tecnológicos y emergencia climática.

En consecuencia, el concepto tradicional de seguridad del Estado, por el Estado y en nombre del Estado por medio de los instrumentos militares contra las amenazas de otros Estados y de naturaleza esencialmente militar ha dado paso a nuevos enfoques como la "seguridad humana", la "seguridad global y seguridad mundial" y la "seguridad integral", que engloban en su totalidad otras referencias de seguridad más allá del Estado y se basan en concepciones multidimensionales y multinstrumentales de la seguridad. Por otra parte, estas transformaciones implican que la seguridad común se extiende mucho más allá del tipo de preocupaciones fundamentales que guiaron a la "Comisión Palme".

De hecho, incluso en un sistema de seguridad competitiva, los agentes deben competir responsablemente y darse cuenta de que su propia seguridad suele estar mejor garantizada con otros y no contra los otros; incluidos sus adversarios, frente a una amplia gama de amenazas, riesgos y desafíos comunes: desde determinadas crisis, conflictos y hotspots [puntos calientes]; hasta el terrorismo y la delincuencia organizada transnacional, el subdesarrollo y la pobreza extrema, las violaciones masivas de los derechos humanos, las interrupciones en las cadenas de suministro de bienes y energía, los Estados frágiles y fallidos, la piratería marítima, la proliferación de armas de destrucción masiva y sus vectores de lanzamiento, el uso malintencionado de las nuevas tecnologías, la escasez de recursos vitales, degradación ambiental y el cambio climático, las epidemias y las pandemias... Al tratar de abordar adecuadamente estos y otros riesgos y retos comunes, la seguridad no puede imponerse o lograrse por medio de una estrategia de unos contra otros, o de lo contrario la seguridad propia empeorará en lugar de mejorar.

Asimismo, la reconstrucción o el desarrollo de nuevos instrumentos de seguridad  ̶ desde los tratados y acuerdos internacionales hasta la ayuda en pro del desarrollo, pasando por otras formas de multilateralismo, tribunales internacionales, mecanismos de mediación y arbitraje, gestión de crisis y conflictos, regímenes de control de armamento, cooperación policial internacional, nuevas normas para combatir la financiación del terrorismo y las actividades delictivas, sistemas de intercambio de información o la lucha contra el cambio climático y la mitigación de sus efectos ̶,, así como un orden internacional basado en normas que todos consideren legítimo, sólo pueden lograrse sobre la base de una seguridad común.

En vista del riesgo que existe actualmente de una confrontación a escala global y una amenaza de guerra, especialmente en Asia y en el Indopacífico entre EE. UU. y China, y en Europa tras la agresión rusa contra Ucrania, los supuestos del "Informe Palme" siguen siendo plenamente válidos. Sin embargo, la seguridad común debe aplicarse también a otra variedad de asuntos y a otras regiones, en particular en el "Sur Global", donde los riesgos, amenazas y desafíos prioritarios tienen un carácter distinto,  ̶ como la delincuencia organizada, las bandas armadas o la polarización político-social en América Latina, los Estados frágiles y el terrorismo yihadista en la región del Sahel o el calentamiento global y el aumento del nivel del mar que amenazan la existencia de las islas del Pacífico ̶ . Todo ello, a propósito, se refleja en el informe Seguridad Común 2022, publicado 40 años después del "Informe Palme".

La seguridad común no elimina la competencia, pero no sólo mitiga sus efectos, sino que permite que progresen la seguridad colectiva y la seguridad cooperativa, favoreciendo la seguridad y la supervivencia de todos los pueblos, comunidades, países y regiones del mundo ̶ incluyendo tanto al eje EE UU-Occidente como al eje China-Rusia; tanto a las democracias como a las autocracias, y tanto al "mundo desarrollado" como al "Sur Global" ̶ .

Sobre el autor

Luis Tomé, Ph. D. es profesor titular de la Universidad Autónoma de Lisboa (UAL)  ̶ Portugal ̶ , donde es director del Departamento de Relaciones Internacionales y de su OBSERVARE: Observatorio de Relaciones Exteriores. También es investigador en el Instituto Portugués de Relaciones Internacionales (IPRI).

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