04.09.2024

La defensa en la relación China - América Latina y el Caribe

El buen tono de la relación de China con algunos países de la región advierte de un salto cualitativo en ciernes. Sea como fuere, la cooperación en defensa solo puede seguir ampliándose.

 

Por Xulio Ríos

La cooperación entre China y los países latinoamericanos se centra en la economía y el comercio. América Latina es rica en recursos y China ve en América Latina un eslabón importante de su estrategia, una zona clave para el desarrollo de sus relaciones exteriores. Igualmente, para buena parte de los países latinoamericanos, China es un socio comercial de primer nivel[1]. China invierte activamente en varios sectores de la industria latinoamericana y el desarrollo de lazos militares complementa su amplia estrategia. Por tanto, China considera la cooperación militar un área importante para el desarrollo de las relaciones con sus socios estratégicos.

Durante los últimos lustros, EE. UU. ha prestado más atención a otras regiones del planeta. Esto facilitó el aumento de la presencia e influencia de China en América Latina y el Caribe (ALC). No obstante, Washington es muy sensible a la presencia militar china en América Latina y presta especial atención a cada uno de sus movimientos en la región. En otro tiempo, China se conducía con particular cautela a la hora de promover la cooperación en materia de defensa con los países latinoamericanos. Hoy, la realidad es otra y son apreciables avances más plausibles. La estrategia china evidencia una hoja de ruta cada vez más clara para competir por espacios de poder y protagonismo internacionales con EE. UU.

China desarrolla la relación bilateral con aquellos países de la región con los que ha establecido vínculos diplomáticos (no todos ellos, por la subsistencia del problema de Taiwán). Complementariamente, dispone de una plataforma multilateral, el Foro de Defensa Sino-Latinoamericano, uno de los mecanismos emblemáticos para desarrollar los lazos militares. Éste nació a partir del foro China - Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), constituido en 2014. Sus objetivos son los habituales en estas iniciativas: reforzar la unidad y la cooperación, hacer más por la paz y la estabilidad, fomentar la comunicación y la confianza, y gestionar los riesgos y desafíos.

Los países de América Latina y el Caribe ven cada vez más en China una alternativa equilibradora de la relación con EE. UU. Esa consideración permite a China mejorar gradualmente sus vínculos. Los militares de América Latina, más allá de posiciones ideológicas, ven los lazos con China como una alternativa que puede llegar a ser conveniente. En este sentido, identifican oportunidades adicionales para desarrollar contactos con socios chinos. Además, China, por lo general, se posiciona del lado de estos países en conflictos y demandas donde EE. UU. y otras potencias les han dado la espalda (por ejemplo, Islas Malvinas).

Los contenidos de una relación ascendente

Cuatro ejes principales:

1. Las declaraciones que socavan la preeminencia estratégica de Washington.

2. La cooperación en áreas estratégicas.

3. Los intercambios militares, y

4. La donación y venta de los elementos que dan contenido a la relación militar sino-latinoamericana tienen equipamiento militar y armamento.

Pueden mencionarse también ciertos asuntos puntuales, como el interés chino en la administración de las instalaciones portuarias del Canal de Panamá con la mirada puesta en el tráfico marítimo bioceánico y el despliegue de fuerzas de paz en Haití, que forman parte de una estrategia mayor.[2]

Con respecto a los pronunciamientos que afectan la preeminencia estratégico-narrativa de Washington, los indicios pueden advertirse en las visitas de autoridades militares a aquellos países como Venezuela, Cuba o Bolivia, también Brasil, entre otros, en las que se constata la similitud de posiciones en cuanto a la defensa de la alianza estratégica, la visión de ciertos conflictos de alcance global o la exaltación de la prevalencia de los intereses nacionales frente a lo que califican de “hegemonismo estadounidense”.

En cuanto a la cooperación en áreas estratégicas, básicamente se centra en transferencia de tecnología e inteligencia. En el primer aspecto destacan los proyectos acordados con Argentina (en materia satelital y energía nuclear) y con Brasil (satélites y construcción naval). También con Venezuela cabría señalar la adquisición de equipos de radares y comunicación satelital chinos.

En inteligencia, se ha especulado con el eventual empleo por parte de la República Popular de las estaciones de escucha en Lourdes y Bejucal (Cuba) que fueron construidas por la desaparecida Unión Soviética. La Habana lo ha negado taxativamente. A China, por otra parte, le puede interesar seguir de cerca el proceder de la diplomacia taiwanesa en la región. La contrapartida que puede interesar a la parte latinoamericana es la relativa a la implantación de mafias chinas.

En materia de intercambios militares, las visitas de alto nivel son una práctica reconocida. Cabe mencionar la asistencia a cursos de formación que brinda el Ejército Popular de Liberación (EPL) en Beijing, y seminarios que incluyen visitas a unidades y escuelas militares. En estos eventos se divulga la visión china del sistema internacional.

También tienen relevancia las visitas a puertos chinos de unidades navales latinoamericanas o viceversa. Flotas de la Armada del EPL han visitado diferentes países de la región. Igualmente, el buque hospital Arca de la Paz de la Armada del EPL, que proporciona servicios médicos en los países que tiene como destino, impulsa iniciativas como la "Misión Armonía", que contribuyen a mejorar su imagen.

Concluye el listado de elementos que dan contenido a la vinculación militar la donación o venta de equipamiento militar y armamento. Es aquí donde EE. UU. podría sentir más la afectación material de la implicación china en la región, ya que podría reducir el alcance de su monopolio y condicionar a futuro su primacía hemisférica. Sin embargo, aunque China suministra armas a una gran variedad de Estados latinoamericanos (desde Brasil a Uruguay pasando por Colombia o Venezuela, entre otros), está bien lejos de ser un problema. Lo que más vende es equipamiento y no tanto armamento.

A la vista de estos contenidos, se podrá inferir que, hoy en día, los mismos no presentan particular relevancia.

Salto en ciernes

El buen tono de la relación de China con algunos países de la región advierte de un salto cualitativo en ciernes. Es el caso, por ejemplo, de Brasil, un socio no menor, que aspira a estructurar una colaboración con China que va más allá de lo estrictamente bilateral[3].

Sea como fuere, la cooperación en defensa solo puede seguir ampliándose.

Sobre el autor

Xulio Ríos es asesor emérito del Observatorio de la Política China y de Casa Asia. Premios Cátedra China y Casa Asia, es autor de más de una docena de títulos sobre China. Profesor y consultor de varias instituciones universitarias de España, China y América Latina, forma parte de consejos científicos y comités de redacción de diversas publicaciones sinológicas.

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[1] Una visión general (2019) en: https://www.fundacioncarolina.es/catalogo/el-estado-de-las-relaciones-china-america-latina/

[2]Aunque Haití aún no ha establecido relaciones diplomáticas con China, el país asiático votó a favor de la resolución 2743, que amplía el mandato de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, en la cual participa. Haití constituyó la primera contribución de la República Popular a una iniciativa de paz de la ONU en el Hemisferio Occidental.

[3] Xinhua, 25 de julio de 2024.

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